

Por: Fernando Alarcón
El arco político de la provincia volvió a quedar inmersa en otro round de la interna peronista y como era de esperar trajo diferentes posturas.
Por supuesto que la oposición salió al cruce y le achacó al gobernador Axel Kicillof que “media Provincia bajo el agua. Miles de inundados, evacuados y de vecinos que perdieron todo. La inseguridad arrasa con la paz de millones de bonaerenses. Las rutas tienen más baches que la luna. Los afiliados de IOMA no tienen atención y está en riesgo la salud pública. Los niños y adolescentes se ven seriamente afectados con la ludopatía provocada por el juego on line sin control. Los impuestos aumentan sin ley fiscal. ¿La respuesta de los senadores de Kicillof? Dos proyectos de Ley para permitir las re reelecciones indefinidas para legisladores e intendentes. No hay percepción de la realidad, la única vocación es electoral y la Provincia más poblada de la Argentina está a la deriva”, le propinaron al mandatario provincial.
Empero, en el peronismo hicieron dos lecturas de la situación política que dejaron las presentaciones de los proyectos.
Por un lado, que la presentación de la iniciativa de Ayelén Durán, legisladora que responde al Cuervo Larroque, tiene la misión de frenar la propuesta del crisitinsta Luis Vivona. Y en ese marco, generar una rispidez más en la interminable interna entre el gobernador y la ex presidenta, que, según algunos estudios, le gana al gobernador en 6 de las 8 secciones electorales.
Y por el otro, darle una ilusión a los jefes comunales, que no quieren dejar sus sillones de mandatarios municipales, y que en el marco de la legalidad y por decisión de los representantes del pueblo en la casa de leyes, continuarían con los desafíos que implica dirigir una comuna.
Pero qué pasaría si esos mismos intendentes que hoy le responden al gobernador, kicillofistas a ultranza y cortos de memoria para algunos, con la posibilidad de volver a ser reelectos, dejan el Movimiento Derecho al Futuro y se convierten en librepensadores, pero con terminal en el Instituto Patria, sabiendo el respaldo electoral que tiene la ex presidenta en los distritos.
Esta arma de doble filo puede ser crucial para las aspiraciones del mandatario provincial. Desde que nace el kirchnerismo, la lógica del “toma y daca” siempre fue con la zanahoria adelante y el látigo y la chequera, y así Axel Kicillof está llevando hoy las riendas de la relación gobernador-intendentes.
De todas maneras, "acá hay que tener bien claro que no es un problema ideológico, que no son ni buenos ni malos, son solo intendentes. En el conurbano están años en el sillón municipal y es casi un pecado capital y en el interior es un tanto más normal, menos pragmático" apuntó un dirigente peronista de la provincia.
Y esos intendentes, la única manera que entendieron a lo largo del tiempo, es que, teniendo el riesgo de perder su consejo deliberante o de perder sus municipios, pueden estar de un lado o del otro, jugar bien o jugar mal con un sector político.
Con todo, surgen interrogantes como por ejemplo si es una buena propuesta que el gobernador Axel Kicillof les de vía libre a los intendentes, que sabiendo que en el hipotético caso que podrían reelegir, y ya sin la zanahoria en la frente y el látigo ya no causará dolor.
Los intendentes siempre van a jugar igual. A ganar la propia, a ganar el distrito, después analizan si se traicionó a alguien, el tiempo lo cura todo.