Por: Claudio Gómez
A los funcionarios de Morón no les cuesta mucho pasar de un lado a otro del mostrador. Pero el caso de Jorge Fabián Vivas es llamativo porque más que ir de un costado al otro, el colaborador del intendente Lucas Ghi está simultáneamente en los dos. Ocurre que el funcionario a cargo de la Subsecretaría de Deporte y Recreación del Municipio es además presidente de la Asociación de Clubes Liga Argentina de Vóley (ACLAV) y director ejecutivo del ascendente club Ciudad Vóley, de CABA.
La simultaneidad de cargos de Vivas podría no ser incompatible. Excepto que ACLAV se viera directamente beneficiada por el área de Deporte del Municipio de Ghi. Y así parece. La asociación que preside el atlético funcionario organiza torneos importantes de vóley en el Estadio Diego Armando Maradona del Polideportivo Gorki Grana, espacio que administra Vivas como funcionario municipal. Torneos que además de resultados deportivos dan grandes réditos económicos, que no sabe a dónde van a parar.
En su doble condición de organizador de los torneos y proveedor del espacio para que se hagan, Vivas arrancó en octubre la temporada 2025 de la Liga Argentina de Vóley con la Supercopa, un cuadrangular que reunió en el Gorki Grana de Morón a dos equipos porteños (el oficialista Ciudad Vóley y San Lorenzo) más un par tucumanos (Monteros y Gimnasia). A las pocas semanas, el hombre de los dos lados del mostrador trajo otro evento vistoso, la Copa ACLAV, con los cuatro clubes de la Supercopa más Vélez, River, Boca, UPCN de San Juan, Defensores (Bandield) y Waiwen (Comodoro Rivadavia). Todas instituciones que son elite en el vóley actual.
Sin dudas es un hecho trascendente que el Municipio sea sede de eventos deportivos de nivel, aunque la nula difusión de estos partidos de parte de la comuna logre que la mitad de las tribunas queden vacías. Pareciera que el acento no está puesto en que los vecinos vayan gratis a ver el espectáculo sino en la descomunal explotación comercial de los partidos, que se trasmiten en vivo a través de la señal FOX Sports y el canal de YouTube de ACLAV.
La publicidad durante las trasmisiones es apabullante. Entre muchas apariciones del nombre de Lucas Ghi, hay propaganda comercial impresa en los pisos de la cancha, los postes y las paredes; hay pantallas de led que cubren los cuatro laterales y aparecen zócalos y spots durante todo el evento.
Los principales auspiciantes son también sponsors oficiales de ACLAV, la entidad que preside Vivas y del propio municipio: RUS, Wolfi, Pintier, Stop Car, Genius Sports y Sonder. Además, en las trasmisiones, se repite la publicidad de municipios como Morón, Comodoro Rivadavia, Lomas de Zamora y Jacobacci, el Gobierno de Chubut, los clubes Boca Juniors y San Lorenzo, además de empresas como Provincia Seguros, Grupo Provincia, Fox Sports, Mc Donalds, OSDE, Unión Ganadera, Mora, Barbieri, Deposur, Linco, BM, Coach, Goar, Farmacias Del Pueblo, CCC Internet, Gránix, Flux, Visión Tecnologies, Burger 54, La West, Banana Tropical, Flowback, Kinderland y hasta el vicegobernador de Tucumán Miguel Acevedo, entre otros auspiciantes.
La avivada de Vivas
Este año, en el marco de un giro notorio de Ghi a favor de negocios empresariales con el Estado local, Vivas volvió a Morón. Sí, volvió. Porque ya había estado al frente del área de Deporte municipal durante la gestión del macrista Ramiro Tagliaferro. De hecho, los memoriosos recuerdan que los acuerdos entre la comuna y la liga de vóley para el uso del Polideportivo Gorki Grana se remontan a 2017, cuando la presidencia de ACLAV estaba a cargo del Dr. Adrián Grynszpan. Ahí se firmó el primer convenio entre Morón y la asociación.
Pero Ghi no conoció a Vivas por su gestión como funcionario de Deporte de Tagliaferro. Ya se habían codeado antes, en diciembre de 2014, cuando el primero logró que Ciudad Vóley sea local en el microestadio del Gorki Grana. Raro que Ghi le diera tanta ventaja a un club porteño. Ciudad es una institución muy grande de CABA, nacida en 1920 con el nombre de Club Atlético Dirección de Alumbrado, que creció como entidad deportiva oficial de la Municipalidad de Buenos Aires antes de que la Capital Federal se transformara en ciudad autónoma. A principios del siglo pasado, el Gobierno nacional le cedió un predio grande y carísimo en Nuñez, sobre la Avenida de Libertador, entre Obras Sanitarias y la ex ESMA. Casi una centuria después, Ghi le permitió al millonario club porteño usar el Gorki para disputar partidos como local.
Las entidades deportivas moronenses, que apenas logran sobrevivir a las crisis cíclicas del país, no lo podían creer. Pero Ciudad Vóley venía con el envión del ascenso a la Liga y su poderío pesó más que cualquier protesta. Atrás de ese acuerdo entre Ghi y el presidente del club porteño Roberto Zalcman estaban el entonces director de Deporte de Morón Juan Manuel Sala (amigo íntimo, confidente y asesor de Ghi, además de funcionario en la Defensoría del Pueblo de CABA) y un pícaro gestor deportivo: Vivas.
Los socios de Ciudad Vóley y las entidades integrantes de ACLAV aplauden la audacia y la viveza de su titular. Los que no están muy felices con Vivas y su jefe institucional Ghi son los moronenses y los clubes locales. La cesión habitual y gratuita de las instalaciones del Gorki Grana, en especial del microestadio (donde, por ejemplo, hace musculación el equipo de vóley de Vélez Sarsfield, en el que juegan familiares directos de Vivas), priva a los vecinos del uso de ese gran espacio público. Muchísimas entidades de la comuna están al borde de la quiebra por la caída de socios y el creciente costo de las tarifas. Gran parte de ellas desearían usar gratuitamente las instalaciones, la luz, el agua, el gas o la seguridad con la que cuenta el predio municipal.
La oposición le reclama a Ghi que explique esa cesión del patrimonio público y que diga a qué bolsillos van los gigantescos réditos publicitarios derivados de la transmisión de los eventos organizados por Vivas en el Gorki. Es curioso, pero las declaraciones de Tagliaferro y Ghi sobre la utilización privada del Gorki son casi calcadas, y el funcionario a cargo de explotar el espacio es el mismo en la gestión macrista y la actual.
La calesita de Pascuero
La gestión actual de Ghi se caracteriza cada vez más por la disolución de los límites entre lo público y lo privado. En la selección de sus colaboradores, este vecino de El Palomar devenido intendente prioriza a quienes llegan desde el sector empresarial, pero sobre todo a los privados que crecieron y hacen negocios con el Estado.
Otro que reúne ese perfil es el actual secretario de Planificación Estratégica Guillermo Pascuero, también de mucho vínculo con Jorge Vivas. “El Gordo” supo estar a cargo del área de Infraestructura Urbana durante la gestión de Martín Sabbatella y se fue ofendido por la cercanía de éste con el kirchnerismo. Entonces recaló en URBASER, la megaempresa de recolección que conocía muy bien porque era la principal proveedora del municipio en su gestión. A los pocos años se levantó de la silla empresarial, dio la vuelta al escritorio y se volvió a sentar en el gabinete municipal, como secretario de Obras y Servicios Públicos del macrista Ramiro Tagliaferro. Cuando su jefe político perdió las elecciones en 2019, no cortó el vínculo comercial con el Municipio y siguió cobrando como proveedor del Gobierno de Lucas Ghi, quien cinco años después lo volvió a convocar al Gabinete una vez que se deshizo del sabbatellismo.
Entre las pocas acciones destacadas del secretario de Planificación Estratégica están el acondicionamiento del Gorki Grana, que gestiona su amigo y compañero Vivas.
Quienes defienden “la calesita de Pascuero” como funcionario contratador y empresario contratado argumentan que, al menos, nunca lo hizo simultáneamente como Vivas. “Nunca cobró de los dos lados al mismo tiempo”, afirman como si fuese compatible cruzar favores y negocios de uno a otro lado del mostrador. No está probado que ese tráfico de influencias favorable a URBASER haya sido recompensado por la empresa; tampoco que no.
Mientras el Municipio quebrado elimina las horas extras, recorta el personal, no le paga a proveedores y posterga el pago del aguinaldo y los sueldos de diciembre, se acumulan pedidos de informes en el Concejo Deliberante. Los ediles quieren saber, entre otras cosas, adónde termina la plata: si en las arcas del Estado municipal, en los bolsillos de algunos funcionarios aislados o en el primer piso del ala oeste del Palacio Municipal.