

Por: Fernando Alarcón
Haber tomado la decisión de desdoblar las elecciones legislativas fue una demostración de independencia. Así se leyó en una parte del peronismo la jugada de Axel Kicillof que agigantó la discrepancia con Cristina Fernández de Kirchner y toda La Cámpora.
Es cierto, Kicillof ganó esa pulseada pero quedó a mitad a camino, ya que sucumbió ante la presión del kirchnerismo por el armado de las listas; y no solo las seccionales sino que además las nacionales.
El kicillofismo enrolado en el Movimiento Derecho al Futuro celebró la victoria como propia, empero, los analistas y dirigentes peronistas que no forman parte del hoy denominado Fuerza Patria, explican que el triunfo fue de los intendentes, y que quedará demostrado el próximo 26 de octubre.
Si Fuerza Patria gana las elecciones por menos de 14 puntos, no solo quedará marcado que los jefes comunales ¡fueron a menos” y que Axel Kixcillof no traccionó. Entonces, esa independencia de la que tanto le exigen al mandatario provincial, quedó ahí, ni en ninguna de las dos orillas.
“Si Kicillof no rompe antes de diciembre, no rompe más”. Así lo afirmó un peronista que de ese tipo de cuestiones sabe. Y la famosa frase de "Con Cristina no alcanza, pero sin ella no se puede" tendría ahora una salida.
A la ruptura que le exigen o fantasean le habrían encontrado una solución. Si Kicillof rompe con el kirchnerismo, hay un peronismo dando vueltas que podría aportar el porcentaje que le ponía el espectro K. Hay varios dirigentes que están esperando ese paso, o estudian qué pasaría si el gobernador se anima.
No obstante, los liderazgos no se forman de la noche a la mañana, ni te lo entrega una elección. Los casos más resonantes de la historia reciente son los de Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández.
El porteño jamás pudo independizarse de su jefe Mauricio Macri. Los amagues del 2021 y los del 2023 lo dejaron a mitad de camino y terminó “sin el pan y sin la torta”. Es más, después de esas ideas y vueltas sufrió el embate de otra dirigente que “olió sangre” y dudó en atacar.
Alberto Fernández fue otro. Toda su vida fue conducido y nunca conductor. Ni siquiera cuando fue presidente, porque cuando La Cámpora puso sobre la mesa todas las renuncias de sus ministros y funcionarios, no las aceptó.
Axel Kicillof transita por el mismo camino que Larreta y Fernández. El gobernador siempre recibió órdenes, desde su paso por Aerolíneas Argentinas hasta ahora mismo. Algunos dirán que hoy toma sus propias decisiones y en parte es cierto, pero solo basta echar un vistazo a la Legislatura provincial y saldrá a la luz cómo es la realidad.
Por eso sostienen que, si Axel Kicillof quiere pasar de “conductor conducido” a líder de un espacio y encarar una psotulación presidencial, debe romper con Cristina Fernández, y aventuran que eso debe darse ahora, a más tardar en diciembre, y también ir por el Partido Justicialista bonaerense, y si eso ocurre, ya hay varios que esperan ese paso para acercarse y conformar otro frente peronista.