

Cuando las cuentas no cierran no cierran dicen algunos almaceneros después de revisar una y otra vez la famosa libreta de ingresos y egresos. Y en Pinamar parece que los número tampoco dan el resultado esperado.
En las últimas horas se supo que la administración de Juan Ibarguren, delfín del mediático y asiduo tuitero diputado nacional Martín Yeza, transita por un pésimo momento económico.
Tanto es así que tiene que pedir un préstamo de urgencia para poder abonar los salarios de los trabajadores estatales y para que en el municipio funciona lo básico. El prestamista no es más ni menos que el gobernador provincial Axel Kicillof, que a través del Banco Provincia, habilitó el préstamo de mil millones de pesos al acalde PRO.
Sostienen los conocedores de la historia del distrito costero que este hecho casi sin precedentes desde que obtuvo su autonomía. Ni en los peores momentos de despilfarro, en la época bolichera de Ku, de la aparición del complejo Los Arcos del Sol, con los locales nocturnos como Hanoi, Apocalypsis y Coyote.
La gestión del intendente PRO ya tienen antecedentes. En el mes de julio pagó los sueldos en cuotas, generando la primera crisis y críticas no solo por parte de los trabajadores estatales, sino que también del resto de los comercios, que sostienen el día a día cono el consumo de sus vecinos.
En medio de este lío, en Pinamar, en algunos sectores, aún queda tiempo para las chanzas. El comentario jocoso que le hacen a Ibarguren es que si necesita plata, puede pedirle un préstamo a Gregorio Estanga, referente kirchnerista del distrito, que estuvo a un voto de ser intendente.
Resulta que Estanga tiene tres cargos en el Estado. Uno como asesor en la cámara de Diputados, otro como agente de Anses y el tercero como concejal. Ahora el ex candidato K pidió licencia en el HCD para volver a la prestación nacional pero buscará renovar su banca el 7 de septiembre.
Con todo, a Juan Ibanguren, pichón de Martín Yeza, aunque las cosas entre ellos no pasaría por el mejor momento, tiene los números en rojo y Axel Kicillof quien los salvó de la catástrofe; y el kirchnerismo anda acumulando cargos, en una clara demostración de obscenidad estatal partidaria.