En el oeste está el agite reza la reconocida canción y no es para menos en Morón, donde el oficialismo local se encuentra en un estado de ebullición tremendo.

Es que el intendente Lucas Ghi, otrora kirchnerista que llegó de la mano de Martín Sabbatella a las grandes ligas de la política, decidió cortar toda relación con su otrora referente y desató una interna feroz a cielo abierto.

Desde hace un tiempo Lucas Ghi decidió mudarse del kirchnerismo encarnado en Nuevo Encuentro al kicillofismo. Se lo ve cada tanto en la gobernación provincial participando de los cónclaves que el mandatario provincial organiza en su residencia.

Pero no solo fue el salto lo que molestó en NE sino fueron las decisiones que tomó en la gestión municipal. En declaraciones periodísticas, Martín Sabbatella remarcó que en el distrito “hay un debate claramente presentado. Yo soy muy crítico de cómo se está llevando adelante la gestión. Primero me pareció muy mal exponer públicamente nuestras diferencias, porque tendrían que haberse discutido puertas adentro”.

Planteó el ex titular del AFSCA que una coalición “puede tener debates porque hay más diferencias, y hay que saber procesar en general esas diferencias, entendiendo que el gobierno no puede ser la voluntad de una persona, mucho menos en la coalición, sino que tiene que ser la expresión de la síntesis de esa coalición, de sus historias y del peso específico que tiene cada una de sus componentes”.

La molestia del diputado nacional se basa en que Lucas Ghi removió a la gran mayoría de los referentes de Nuevo Encuentro de la gestión municipal, dato que por ahora, dicen en la comuna, no habría sido la mejor decisión ya que “lo que estaba aceitado entro en una etapa fricción preocupante”.

“Yo soy crítico de eso, me parece que nosotros arrancamos este debate discutiendo, estábamos muy preocupados con el rumbo del gobierno, que creemos que se han degradado muchas políticas públicas, creemos que no se está dando la respuesta que se tiene que dar en muchos temas, y básicamente falta conducción, que falta alineamiento general, lo discutimos, no fuimos escuchados, eso generó como un rechazo y un encierro” arremetió Sabbatella.

Y agregó: “Se inició un proceso de corrimiento de todas esas voces, que estaban planteando lo que nosotros creemos que tenía que hacer un gobierno local, para atravesar este momento tan difícil, y eso se terminó convirtiendo en lo que pasa hoy, que es básicamente una persecución política brutal, una suerte de casa de brujas, de los que pertenecen a un determinado sector del gobierno”.

Así las cosas, la guerra menos pensada en el distrito de Morón está sucediendo y desde el PRO y La Libertad Avanza se frotan las manos sabiendo que a río revuelto.