

Por: Claudio Gómez
El intendente de San Isidro Ramón Lanús transita por horas complicadas al frente de la comuna y no parece encontrar el rumbo. Tanto es así que propios y extraños consideran que “si mañana hubiese elecciones, Gustavo Posse volvería a ser el intendente”.
Así lo afirmaron jefes comunales de Unión por la Patria y el PRO, que ven un San Isidro desprolijo, cuasi abandonado y con perspectiva de futuro de fracaso en todas las áreas.
Al frustrado robo que se conoció en las últimas horas, la administración de Ramón Lanús se codea con los peores males que puede llevar una gestión, que es el fracaso administrativo, la inseguridad creciente, el saqueo de poder adquisitivo de los contribuyentes, el cese de actividades de los trabajadores estatales y el nulo respaldo del pueblo.
Por todas esos estadios transita el intendente sinisidrense, que solo se respalda en el exiguo acompañamiento que Patricia Bullrcih le propina de vez en cuando.
Como se dijo, el malogrado robo es una muestra más de que no hay gobierno, de que no puede ejercer el control de la gestión, dicen en los pasillos de la municipalidad.
Y como si eso no fuese suficiente, Ramón Lanús, en estas últimas dos semanas, los gremios venían haciendo medidas de fuerza, porque se les otorgó un incremento este año del 15% en enero y un 30% en marzo, y más nada, contra el ABL, en el mismo periodo, aumentó el 200%. Por supuesto, eso derivó en un paro que aún se reciente en el distrito.
La semana pasada cesó en sus actividades los trabajadores del cementerio, más tarde los de la secretaría de Obras Públicas, le siguió los de la Licencia de conducir, hasta que ya definitivamente paró tránsito.
Ahora se sumó, hace tres días, por tiempo indeterminado, el Patrullaje municipal. O sea, hace tres días que los vecinos de San Isidro, están sin patrullaje municipal.
Así las cosas, Ramón Lanús está más cerca del retiro que de quedarse, y como dicen, jamás pensó en que iba a ganar la intendencia, por eso, los que están en la línea sucesoria esperan ansiosos la noticia.