Por: Claudio Gómez

En las últimas horas el intendente de la ciudad de Salto, Ricardo Alessandro recibió a los ministros bonaerenses de Ambiente, Daniela Vilar y al de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque para la presentación del programa Barrios Bonaerenses.

En ese marco, y fiel a su estilo frontal, el mandatario aprovechó la visita de dos legisladores integrantes de La Cámpora para rememorar viejos antagonismos. En el comienzo de su alocución, le refregó a Larroque que era la primera vez que visitaba la localidad. “Buen día ministro. Bienvenido a Salto. Es la primera vez que está acá pero nosotros estamos contentos de recibirlo” comenzó diciendo Alessandro.

También le dio la bienvenida a Daniela Vilar y cuando estaba pasando por los subsecretarios, llegó el turno de dos legisladores que no son bien vistos por los intendentes peronistas de la Segunda sección electoral.

Se trata del senador provincial Facundo Ballesteros, de San Andrés de Giles, y de la diputada bonaerense Fernanda Díaz, de Colón. Ambos legisladores reportan a La Cámpora, agrupación que en teoría conduciría los destinos de la zona pero que en la práctica no estaría sucediendo según comentaron los jefes comunales.

“Buen día senador Ballesteros. No saludó pero yo lo saludo a usted. La relación no es de las mejores pero yo lo saludo igual” le propino en la cara el “Curita” al legislador camporista que forzó una especie de sonrisa y agachó la cabeza. Y al unísono, el mandamás comunal también le dedicó, con ironía, un saludo a la diputada Díaz.

Pero de dónde viene el cortocircuito entre Alessandro y la dupla Ballesteros-Díaz. En rigor de verdad, el mandatario sáltense no es el único que trina con las inacciones de los legisladores. Son todos los jefes comunales del peronismo los que reniegan tanto con Facundo Ballesteros como con Fernanda Díaz.

Es que los “jóvenes” de La Cámpora cumplen a rajatabla los mandatos de su máximo jefe, es decir, no hablar con nadie que no pertenezca a “la Orga”. Claro, los intendentes de antaño, esos que buscan mediante el diálogo y el viaje sin fin a La Plata o los ministerios radicados en CABA, no comulgan con la visión camporista de la política.

“Ni Ballesteros ni Díaz han tenido cargos de gestión, por lo que no entienden de qué se trata ser intendente” sostienen los alcaldes que ya dejaron de tenerlos como nexos entre el gobierno nacional o provincial. Tanto es así que esos intendentes viajan o se reportan en Mercedes, ciudad de Wado de Pedro, para tener llegada a nación, y con Cristina Álvarez Rodríguez, ministra de Kicillof, para tocar timbres en Provincia.

También, por supuesto, está la queja intendentista por la confección de listas legislativas. Desde el 2003 en adelante, son contados los dirigentes que integraron y luego asumieron bancas que fueran integrantes de La Cámpora. Es cierto, desde que Ballesteros y Díaz “comandan” la sección, el cúmulo de derrotas no ha cesado.

Como se dijo, tanto Díaz como Ballesteros no hablan con los jefes comunales. Tanto es así que los catalogaron como “los mudos” de la Segunda.

Así las cosas, Ricardo Alessandro blanqueó la disidencia que existe entre los intendentes peronistas de la sección y los legisladores camporistas de la misma zona.