Por: Diego Arce

Es cierto que el escrutinio definitivo le entregó a Sergio Massa, y por supuesto que también a Patricia Bullrich, un empujón anímico ante la sorpresa de Javier Milei.

En ese contexto, Axel Kicillof comenzó a evaluar varias posibilidades que pueden darse luego de octubre, donde lo tienen como protagonista y la chance concreta de gobernar sin el respaldo nacional.

Es que no está seguro que Sergio Massa sea el futuro presidente. Deberá el tigrense, seguramente, afrontar un balotaje contra Javier Milei. Y en la posibilidad de un triunfo de “El León” nace la preocupación del mandatario bonaerense

Kicillof sabe que su triunfo está casi asentado. Tendría, piensan en Gobierno, que suceder una catástrofe para que el actual gobernador no se quede cuatro años más en el Sillón de Dardo Rocha.

Pero qué deliberan los integrantes de el Clío. Simple. Si Massa pierde, debería gestionar con el gobierno hipotético de Milei. Entonces cómo hace Kicillof para llevar adelante sus políticas en un territorio que será discriminado por el libertario.

Un ensayo a esa pregunta la comenzó a hacer la semana pasada cuando convocó a los intendentes radicales. Si bien lo jefes comunales UCR llevaron sus solicitudes ajenas a la rosca electoral, por lo bajo vislumbraron que el mandatario provincial “está preocupado”.

Entonces, evaluaron los correligionarios, Kicillof estaría en busca de tener un gobierno encarrilado. Saben los del Clío que no puede contar con los intendentes PRO, y por eso busca en los radicales, bajo el manto sagrado de la democracia, la famosa gobernabilidad.

Como se dijo, Kicillof y compañía se ven en la Casa de Gobierno de La Plata cuatro años más. Sostienen que aunque Javier Milei vuelva a ganar en octubre, a Carolina Piparo no le darán los números para convertirse en gobernadora.

En tanto, y por supuesto, el kicillofismo también suelta sobre la mesa, aunque sin gritarlo a los cuatro vientos, la posibilidad de ser derrotados. Creen que solo Néstor Grindetti puede arrebatarle el poder. La cuenta es simple. Si la inflación sube, los salarios pierden su valor y la inseguridad continúan entregando un muerto por día, las chances de Massa caen, y si eso sucede, por efecto cascada y contagio, Kicillof también. Y esa ahí dónde Patricia Bullrich vuelve a tener chances de victoria, arrastrando al lanusense a la gobernación.

Es cierto, Kicillof triunfó en su territorio y Massa subió al podio pero en el escalón menor. Por eso la chance de ganar la gobernación provincial pero no la nación, es una posibilidad; entonces, las preguntas son concretas: qué pasa si Massa pierde, y qué pasa si Massa gana.

Pero claro, una victoria de Sergio Massa le daría un aventón a una gestión que viene siendo destacada por propios y extraños. Y de ahí, aventuran, podría ser el primer paso para una candidatura presidencial.

Así las cosas, Axel Kicillof comenzará la campaña en breve con el mensaje de “Massa presidente”, y no porque lo necesite para ganar la provincia sino para asegurarse fondos y respaldo a su gobierno que de otros resultados, sería difícil de llevar adelante.