Por: Diego Arce

Los aires de grandeza de “los Manes” no cayeron bien desde un principio en el radicalismo bonaerense, y mucho menos en el resto de la coalición, donde la ficticia buena elección realizada en el 2021 los colocó en un lugar de casi “intocables”.

Por supuesto el seno interno del radicalismo sabe que los resultados de los comicios de medio termino pasados se debió al armado partidario y no de Facundo Manes. Empero, el neurólogo con su ego, adoptó como propio el triunfo.

Con una victoria anecdótica en Salto, su tierra natal, Facundo Manes y su hermano Gastón, creyeron que tenían, como se dice en el campo, “la vaca atada”. Tanto es así que no solo digitaban el radicalismo sáltense sino que además osaron en entrometerse en el PRO de la ciudad.

En este último punto es donde los Manes creyeron que tenían todo el poder en la ciudad de Salto. Es que para que Facundo baje su candidatura, el binomio Manes pidió que la lista del PRO en la ciudad de Salto, se descartada que solo la de la UCR compita contra el jefe comunal peronista Ricardo Alessandro.

Por su puesto, el representante “amarillo” en Salto, Rodrigo Nider, que se encontraba en el bunker de Juntos para firmar su pre candidatura a intendente, se cruzó con Gastón Manes, quien le exigió que baje su lista y le ofreció una concejalía.

Lejos de aceptarla, Nider se retobó y le lanzó improperios al hermano del médico. Tanto es así que en una oficina se habrían trenzado a golpes. Botón de muestra, dicen, fue el pómulo rojo y el cabello “al viento” con el que apareció Gastón Manes luego de la “reunión”.

El sector de Manes niega los hechos pero como reza el dicho, "cuando el río suena".

Cuentan los presentes que Níder no solo habría golpeado a Gatón Manes sino que además le juró vendetta en el distrito. La UCR saltense propuso a Esteban Dordoni.

Así las cosas, Facundo y Gastón Manes no solo recibieron golpes políticos tras declinar sus candidaturas sino que además literales.