Cada vez menos tiempo le queda al gobernador Axel Kicillof para tener su endeudamiento. Quedó claro que los comunicados por redes sociales no causaron el efecto deseado y el tic tac cada vez está más cerca de concluir.
Se sabe que además del debate por la distribución del fondo para los intendentes, y de su forma de repartición y discrecionalidad, está el tema de los cargos, pero se simplifica a los dos más importantes y apetitosos: Corte Suprema y Banco Provincia.
Con respecto a las sillas en el directorio de la banca pública provincial, sitio que se ampliará por ofrecimiento del gobernador Axel Kicillof para la oposición y de esa manera intentar conseguir los votos para la solicitud de deuda, a la continuidad de varios y la llegada de los nuevos, la novedad es que el PRO se queda, o quedaría, afuera de toda la rosca por los cargos.
Hay dos aristas. Por un lado, se sabe la aprobación del endeudamiento está en las manos del senador nacional Maximiliano Abad. El ex presidente del Comité Provincia cuenta con 9 diputados y seis senadores.
La cuenta es sencilla. En diputados, Unión por la Patria cuenta con 37 sillas y necesita 62. A esos 37, primero hay que sumar los opositores dialoguistas, que son los 9, los 3 de Nuevos Aires y los 6 de Unión y Libertad, ahí la cuenta da 46. Sería 47 con Juan José Esper, ex LLA que ya se sentó en la semana pasada cuando se cayó la sesión. Estarían faltando 15. Esos 15 Kicillof los tendría con los 9 de Abad, que están abajo del mando legislativo de Diego Garciarena y los 6 radicales del Martín Louesteau-Facundo Manes. Ahí están 15. Y le sobrarían los tres los 3 de Lilita Carrió y además no tendría la necesidad de un solo voto PRO, dato particular e importante.
En el Senado, hay 21 oficialistas, más los 3 de Unión y Libertad de Carlos Kikuchi, Sergio Vargas Silvana Ventura, son 24. Con Joaquín de la Torre, 25, que, como su alfil en Diputados (José Espert), estuvo en la sesión acompañando al oficialismo. Ahí faltarían 6, que son justamente los que responden a Abad. Y quedarían en las gateras los dos que le responden a Miguel Fernández.
Pero por qué el PRO se quedaría afuera de la rosca y sin sillas. Adrián Urreli y Matías Ranzini son los nombres que sonaron la semana pasada, y aún suenan. Empero, todo estaría decidido y ninguno de los dos iría al Banco Provincia.
La cuenta es fácil. Diego Santilli no los va dejar, o dejaría, votar el endeudamiento a los legisladores amarillos porque atentaría contra la postura de su nuevo jefe, Javier Milei, y la teoría de la reducción del gasto público, los degenerados fiscales y, además, dejaría que se ahogue solo. Cualquiera de los legisladores del PRO que vote el endeudamiento, sería un lío. El único sector que podría llegar a votar el endeudamiento es el de Jorge Macri, pero lo pondría al jefe de gobierno porteño en conflicto con el gobierno nacional, con el que intenta estar bien, y que se retribuyeron colaboraciones para el presupuesto de la Ciudad.
Con todo, Matías Ranzini se iría de Subsecretario de Asuntos Municipales que depende del también diputado bonaerense, Gustavo Coria, en el ministerio del Interior que conduce Diego Santilli. Adrián Urreli, estaría también reviendo su futuro. No obstante, no habría que descartar nada.
Así las cosas, el PRO estaría afuera de la negociación por el endeudamiento y el único que tendría la llave mágica que Kicillof necesita es Maximiliano Abad, que también se quedará, si el mandamás provincial quiere su deuda, con un lugar en la Corte Suprema de Justicia bonaerense.