Por ahora no hay acercamiento entre los bandos que conducen, por un lado, Máximo Kirchner y por el otro Axel Kicillof. El llamamiento de unidad de Sergio Massa hasta ahora no di resultados, y en ese marco, el tigrense ya avisó que está preparado para ir solo si no hay acuerdo.
Pero como se dijo, las cosas entre el kichnerismo/cristinismo versus el kicillofismo no tienen un punto en común por estos días. Algunos dirán que lo que los une es el rechazo a Javier Mieli, pero ni siquiera en las formas de reproches coinciden.
Kicillof dijo en la reinauguración de la Plaza Rocha en La Plata que “en la Provincia de Buenos Aires no gobierna la motosierra; nosotros respetamos los derechos, tenemos salud y seguridad, es decir, tenemos un Estado presente”. Empero, Máximo Kirchner apuntó que “algunos dicen que la motocicleta no va a entrar acá, no va a entrar allá. La motocicleta está en la casa de la familia, es argentina. A veces escucho hablar a algunos dirigentes y digo, ¿qué estarán pensando?”, se preguntó.
Sostienen en gobernación que no hay diálogo con La Cámpora. Solo con algunos temas de gestión de áreas menores pero que no hacen a la cuestión de fondo. Desde sectores ajenos a estos bandos sostienen que “si hay mala onda, que el gobernador eche a los ministros y todos los funcionarios que responden a Máximo Kirchner, o que la propia Cámpora retire a todos sus funcionarios. Recién ahí se verá quien es más polenta”. Ese es un debate que se dará si no hay acuerdo.
Pero quién debe dar las explicaciones de la ruptura, si no hay acuerdo, con posible derrota del peronismo en la provincia a manos de la ultra derecha. ¿Cristina Fernández de Kirchner?, ¿Axel Kicillof? Cómo hará la ex presidenta para justificar que decidió armar su propio espacio en contra del gobernador de la provincia de Buenos Aires. Qué fundamentos tendrá preparado Kicillof para explicar por qué decidió romper con su madre política, la que decidió que fuera candidato a gobernador cuando en realidad el actual mandamás no quería dejar la Ciudad de Buenos Aires.
Son preguntas que aún no tienen respuestas, y desde el peronismo más moderado esperan que nunca sean respondidas. Claro, el arco opositor quiere que el PJ estalle por los aires sabiendo que si van divididos las chances de triunfo se agigantan.
El próximo sábado el gobernador tendrá después de varios intentos su lanzamiento con bombos y platillos. Será la presentación formal del Movimiento Derecho al Futuro, espacio conformado por varios intendentes y dirigentes que no comulgan con la “Orga”.
Se espera alguna definición política del gobernador, cómo también que sean los propios intendentes los que se manifiesten de algún modo. Difícil que ocurra, aunque tampoco se esperaba que el gobernador desdoble la elección y la desdobló.
En tanto el kirchnerismo espera y no desespera. Sabe que no es gobierno por más que el que lleve las riendas de la provincia sea una rama del mismo árbol que comparten raíces. Entonces, una derrota hará mella, pero no serán los que más pierden, porque el pone en juego su cara es Kicillof, que tiene las intenciones de ser presidente en el 2027.
Pero si no hay acuerdo. Si se rompe Unión por la Patria, que seguramente la sangre sí llegará al río, cómo piensan juntarse para el 2027. Kicillof sabe que solo no llega, que necesitará de varios espacios como el massismo y también, aunque le duela, del kirchnerismo, para tener algún tipo de chances. Es cierto, la famosa frase que reza que el peronismo cuando se pelea en realidad bla bla bla puede ser la salida momentánea, pero puede derivar en el 2019.
Con todo, si no hay unidad, quién debe dar las explicaciones de la ruptura, Cristina o Axel.