ACTUALIDAD PN | 7 DIC 2024

POLéMICA

IOMA rompe fronteras y también se convierte en un problema para los pampeanos

La gestión del Instituto Médico Asistencial de la Provincia de Buenos Aires (IOMA) no deja de traerle problemas al gobernador Axel Kicillof. Los conflictos son cotidianos, se replican por todos los distritos y ya rompen su propia frontera territorial.




La situación es acuciante para miles de afiliados bonaerenses y, ahora, también para los vecinos de La Pampa, quienes se vieron perjudicados por el fin del convenio de reciprocidad que existía entre la obra social de ambas provincias.

El Servicio Médico Previsional (SEMPRE) comunicó en los últimos días que debió rescindir el acuerdo debido a los reiterados incumplimientos de parte de IOMA. De esta manera, el mal manejo del instituto bonaerense provocó un duro golpe para los afiliados pampeanos que se encuentran en la provincia vecina. Gran parte de ellos instalados por cuestiones vinculadas a la educación.

Los estudiantes pampeanos, quienes hasta los 25 años pueden contar con la cobertura si sus padres son afiliados titulares de SEMPRE, se convirtieron en las principales víctimas y quedaron desamparados ante este movimiento. El cuadro es complejo ya que no podrán utilizar su obra social en Buenos Aires. Principalmente en La Plata, Mar del Plata, Tandil y Bahía Blanca, hacia donde viajaron para llevar adelante sus estudios.

La caída del convenio quedó expuesto luego de que un afiliado de IOMA solicitara la cobertura total de un tratamiento oncológico complejo en SEMPRE ya que reside en La Pampa. Pese a que la Justicia había ordenado a SEMPRE asumir la totalidad de los costos, esta decisión fue apelada. Allí se dio a conocer que el acuerdo se rescindió de manera unilateral hasta el 4 de diciembre pasado por lo que la jueza reconoció la vigencia del convenio hasta esa fecha.

Este caso volvió a dejar en evidencia al IOMA. Pero ahora no solo en Buenos Aires sino también en La Pampa en un marco de serias dificultades para asumir sus compromisos ante los afiliados.

El conflicto en La Pampa se da en un contexto crítico y caótico en el que los adherentes del IOMA ya no saben a quién acudir. Las quejas abundan en cantidad y variedad. Desde la falta de prestación médica hasta la vulneración al derecho a la libre elección de profesionales pasando por poca disponibilidad de turnos y de camas, escasez de profesionales médicos, una oferta cada vez más reducida de efectores privados y pago particular a prestaciones que deberían estar garantizadas.

Además, en la lista de reclamos se suman la falta de pago a prestadores médicos e interrupción de los servicios, demoras para percibir los reintegros, efectores públicos colapsados por absorber la demanda del IOMA e intermediarios “amigos” con serias deficiencias.

 
Conflicto continuo

 
La idea de intermediario amigo y de otros que funcionen de enemigos no es algo dicho al pasar. Cabe recordar que días atrás el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak aseguró que “decidimos prescindir de intermediarios en ciertas localidades porque buscamos que el dinero llegue directamente a los médicos”. El propio Kicillof había manifestado con anterioridad que “todo el mundo sabe que si hay intermediarios hay un adicional”.

El choque de frases expuso algo que, en los distritos, los afiliados entienden muy bien: el objetivo del gobernador es que los intermediar con ellos mismos. De ahí los acuerdos que llevan adelante entre “buenos” y “malos”.

En la región Olavarría, a modo de ejemplo, IOMA acordó con el Consorcio del Centro de Buenos Aires (COCEBA) luego de romper con la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires (FEMEBA). Y los propios afiliados y médicos ya hicieron saber su postura: no quieren que COCEBA oficie de intermediario. Tienen sus motivos claros. El consorcio, donde el peronismo tiene gran injerencia, y vínculos aceitados con los directivos del IOMA, ya viene de funcionar como tercero con el PAMI en una gestión más que deficiente.

La situación se multiplica y las marchas de los afiliados autoconvocados así lo exponen. Las movilizaciones que se llevaron a cabo en los últimos días en Olavarría, General Alvarado, Alberti, Mar del Plata, Tandil y Navarro son una muestra más de una problemática que parece no encontrar fin.

Como muestra lo relatado por la afiliada marplatense, Adriana Santi. “Los que nos manifestamos somos mayores de 60 años, los jóvenes están trabajando. No nos toman en ninguna prepaga si pudiésemos pagarla, y menos si le sumamos que podemos tener enfermedades preexistentes. IOMA no entrega la medicación en tiempo y forma, no les paga a los acompañantes terapéuticos, los insumos de los enfermos no se cumplen tiempo y forma, no hace cirugías porque las prótesis que cubren son de mala calidad y los traumatólogos no se animan a utilizarlas”.

Todo esto se da en un marco económico que debería ser suficiente para cubrir todas las obligaciones. Con un presupuesto para 2025 de poco más de un billón setecientos cincuenta mil millones de pesos (1.750.000.000.000) para el instituto que maneja el camporista Homero Giles y que le significa a Kicillof un fuerte dolor de cabeza.

Se trata de un número que supera por amplio margen a lo destinado a carteras de gran necesidad como Educación, Seguridad y Salud, que tendrán una partida de entre 1.150.000.000.000 a 1.288.000.000.000 de pesos. Es por esto que resulta difícil de explicar cómo el gobernador, a través de Giles, no logra reordenar una obra social cuenta con más del 5 por ciento del presupuesto bonaerense. La respuesta parece fácil pero podría tener un trasfondo todavía más complejo entre una evidente incapacidad o una decisión que podría beneficiar a unos pocos.