“No estamos eligiendo entre San Martín y Belgrano. Me hace ruido y me provoca dolor que haya gente que no se defina”, dijo hoy la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se postula a presidir el Partido Justicialista (PJ). Y todos entiendieron a quién se refería: al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien ayer, en el acto que encabezó por el 17 de Octubre, evitó tomar partido y advirtió que no iba a intervenir en ninguna interna. Que es precisamente lo que enfrentará a la exmandataria con el gobernador riojano, Ricardo Quintela.
“Llos Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”, dijo Cristina, sin nombrar a nadie, pero dejando claro su mensaje. Fue durante una reunión del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), en la que también participaron el diputado nacional (y su hijo) Máximo Kirchner, el senador Eduardo “Wado” de Pedro y varios intendentes cristinistas.
Fernández sí nombró a Kicillof cuando, en referencia a Quintela, dijo que no hablará con él, como se había especulado, y que el que tendría que hacerlo “es Axel, que lo apoya”. Dijo que no tiene dudas de que es así porque “sus ministros son los que están buscando avales” para la candidatura del riojano.