El presidente de la nación Javier Milei, tras la avalancha de tuits contra el subsecretario de Deportes de la nación, Julio Garro, coordinada por Daniel Parisini, conocido como “Gordo Dan”, uno de los trolls de mayor jerarquía en la estructura que armaron Santiago Caputo y Fernando Cerimedo, decidió echar al platense de su puesto.
El insólito caso se dio después que Garro dijera en declaraciones radiales que “el capitán de la selección debe también a pedir las disculpas de este caso, lo mismo del presidente de la AFA, creo que corresponde. Nos deja como país mal parados”.
Lo dicho por el ex intendente PRO de la ciudad de La Plata vienen a colación de las críticas que provienen de Europa tras el cántico de los jugadores de la selección contra los players franceses, que denunciaron actos discriminatorios.
Como se dijo, Milei se dejó llevar por los posteos del ejército de Trolls que tiene a cargo su hermana Karina; algo que no es para asombrarse ya que el propio presidente es “hijo” de ese submundo que son las redes sociales.
Vale recordar que Javier Milei echó a Fernando Vilella, hoy ya ex secretario de Bioeconomía, luego de meses de hostigamiento a manos del grupo de tareas digital que comanda Santiago Caputo.
El acta de defunción de Vilella en el gobierno fue haberle puesto “me gusta” a una publicación en la que el senador radical Martín Lousteau cuestionaba el manejo de la epidemia del dengue por parte del gobierno nacional. “A partir de mañana no formás más parte del Gobierno. Nos vemos”, le propinó el reconocido troll Gordo Dan y ahí fue el fin de la historia.
Es preciso remarcar que el presidente de la nación siente devoción por Lionel Messi, tanto es así que lo defendió a capa y espada en los peores momentos del mejor jugador del mundo en el seleccionado nacional.
Por supuesto, hay quienes creen que está decisión también tiene un tinte político partidario entre la disputa que existe entre La Libertad Avanza y el PRO.
Ahora, Julio Garro también cayo en la absorbente telarañas libertarias de las redes sociales y se quedó sin trabajo generando una paradoja, ya que fue el propio macrismo, espacio al que pertenece, quien en manos de Marcos Peña había desarrollado el sistema troll en la política argentina.