Ya lo había dicho Carlos Bianco, asesor de Axel Kicillof luego de las PASO, que la provincia de Buenos Aires sería el bastión de la resistencia si se producia triunfo de Javier Milei.
En declaraciones radiales y después mediante un tuit, que fue borrado, el asesor del gobernador anunciaba lo que hoy comenzó a producirse como realidad.
"Voy a ser el líder de la oposición y ponerme al frete de todos los reclamos que hay que hacer", les dijo Kicillof a los intendentes que al unísono le ofrecieron el respaldo que va a necesitar.
En ese contexto, Kicillof además planteó "resistir y esperar a que el gobierno de Javier Milei comience a mostrar las cartas".
En las veredas de la Gobernación provincial varios jefes comunales aventuran que "Axel no está pensando en el PJ bonaerense porque está para cosas más arriba". A buen entendedor reza el dicho popular que explica que el mandamás provincial buscaría el poder del Partido Justicialista Nacional.
Entienden que para ser el jefe de la oposición, Kicillof debe, primero, liderar a todo el peronismo la nación. Con eso más el respaldo de la provincia. Y en segunda instancia, mantener la simbiosis con la gente más allá del aparato peronista.
Así las cosas, Axel Kicillof se postuló para ser el jefe de la oposición a Javier Milei y ya cuenta con el respaldo de los más de 80 intendentes.