Aún resuenan los ecos del viaje de Martín Insaurralde a Marbella con la polémica modelo Sofía Clerici. También lo rozan algunas esquirlas de la batería de tarjetas de débito que tenía “Chocolate” Rigau. Pero nada de eso afecta su posible reelección.
En primer lugar, el caso Insaurralde no le pega de lleno. El oriundo de Lomas de Zamora era un desconocido para la gente en materia de su cargo. Solo el micro clima político sabe o sabía que era el Jefe de Gabinete de la provincia. Botones de muestra son los comentarios de la gente común en cualquier calle, almacén, kiosco o verdulería. “Viste lo de Insaurralde? Qué veguenza”. Y listo. Quedó ahí.
El caso “Chocolate” menos aún lo golpea al gobernador. Si lo de insurralde es micro clima, lo de Rinau es aún mucho más. El intento de un sector concentrado, hegemónico y anti peronista de comunicación que quiere ligar a “Chocolate”, imputado por la justicia por “defraudaciones reiteradas consumadas” al Estado, no hace mella en la sociedad. “Viste ese que andaba con las tarjetas, hijo de puta se robaba todo”. Y en ese comentario, para el común de la sociedad, el caso no escaló más.
Por supuesto que ambos casos la justicia deberá investigar qué sucedió. Con Insaurralde, para descifrar si sus ingresos se condicen con sus consumos. Y sobre “Cocolate”, si realmente hubo robo y quién era el verdadero jefe.
Con todo eso a cuestas, Axel Kicillof se encamina a retener su cargo. Todas las encuestas lo dan como ganador. Algunas por un amplio margen, y otras al filo del segundo. Pero por qué Kicillof, con la pandemia, la fiesta de Olivos, el vacunatorio VIP, la inflación, la pobreza, Insaurralde en Marbella, las tarjetas de “Chocolate” y la aparición de Javier Milei, volverá a ser el gobernador.
Según comentaron a PROVINCIA NOTICIAS desde las huestes de la gobernación provincial, “la respuesta es simple. Gestión”. En el gobierno bonaerense sacan a relucir las transferencias de partidas a los municipios. Las obras comenzadas, las terminadas y las que están proyectadas en distritos peronistas, del PRO, radicales y vecinalistas. “Hay trabajos en todos lados, y la gente lo sabe porque lo ve”, remarcan desde el kicillofismo.
Está claro también que el principal respaldo al mandamás bonaerense viene del famoso conurbano. La Tercera sección electoral es la que más votos le aportó. La Primera también colaboró pero paradójicamente, en el gobierno subrayan la colaboración en sufragios del interior provincial, donde si bien es cierto que Juntos por el Cambio ganó, hubo un reconocimiento a la gestión provincial.
Analizan en las oficinas de la Casa de Gobierno que en los municipios del interior se respaldó al intendente de JxC pero hubo un corte hacia el gobernador. El trabajo fino de ese estudio lo tienen bajo la lupa para los días previos al 22 de octubre.
También creen que en la Gobernación que sus principales contrincantes, Néstor Grindetti y Carolina Piparo, no logran escalar por varios motivos. El primero porque su candidata nacional, Patricia Bullrich, no sube en las encuestas y proyección de votos, y la segunda porque no tiene el conocimiento y, algunos dicen, la capacidad y experiencia que se necesita para semejante puesto.
Así las cosas, ni el viaje de Insaurralde ni las andanzas de “Chocolate” parecen, según las encuestas, quitarle la reelección a Axel Kicillof.